Numerosos estudios nos muestran que el cáncer de colon es uno de los más frecuentes en España. Sin embargo, detectado a tiempo suele tener un buen pronóstico, ya que con un diagnóstico precoz la probabilidad de curarse es del 90%. Sigue leyendo para descubrir más sobre este tipo de cáncer, sus factores de riesgo y los avances en investigación que se desarrollarán en los próximos años.

¿En qué consiste el cáncer de colon?

El cáncer de colon se origina a partir de una condición precursora llamada pólipo en el colon, inicialmente inofensivo, que consiste en una pequeña acumulación de células que recubren la capa mucosa del colon.

No obstante, con el transcurso del tiempo, algunos de estos pólipos pueden sufrir transformaciones y desarrollar células malignas, conduciendo al desarrollo de un cáncer de colon.

¿Qué se ha descubierto hasta ahora sobre el cáncer de colon?

En los últimos años, hemos sido capaces de identificar nuevos mecanismos implicados en el desarrollo de tumores, especialmente en el ámbito del cáncer colorrectal y los tumores gastrointestinales, que han conducido al diseño de terapias dirigidas más eficaces y que han marcado un hito significativo en los tratamientos de esta enfermedad.

  • Uno de los avances más relevantes ha sido la subclasificación de los tumores gastrointestinales, basada en datos genómicos y de transcriptómica, ya que proporciona información altamente individualizada. Estos datos no solo ofrecen perspectivas sobre el pronóstico de la enfermedad, sino que también son predictivos en cuanto a los tratamientos que pueden resultar efectivos, lo que incide significativamente en la toma de decisiones clínicas y en una mayor eficacia de las intervenciones terapéuticas.
  • Por otro lado, la biopsia líquida, aplicable ya a la investigación de muchos otros tipos de cáncer, se ha vuelto esencial en la monitorización del cáncer de colon durante el tratamiento, siendo aplicable al diagnóstico de mecanismos de resistencia a tratamientos específicos y ofreciendo una respuesta a las intervenciones terapéuticas, al diagnóstico precoz y al desarrollo de estrategias de inmunoterapia.
  • A su vez, se ha demostrado que la mutación más común de la proteína BRAF(BRAFV600), vinculada a la resistencia del cáncer colorrectal, ocurre también en otros tipos de tumores. Con una doble combinación de fármacos, esta responde al tratamiento, mejorando la evolución de pacientes que antes sufrían un pronóstico de supervivencia menor.

Factores de riesgo y desarrollo de este tipo de cáncer. ¿Qué podemos hacer?

La formación de pólipos en el colon puede afectar a cualquier persona, pero ciertos factores pueden aumentar el riesgo, especialmente después de los 50 años, en casos de sobrepeso y tabaquismo y/o si existen antecedentes familiares o personales relacionados con estas condiciones.

En el contexto de los tumores digestivos, se cree que la dieta juega un papel crucial, ya que las tendencias actuales indican un cambio hacia patrones alimenticios menos saludables, afectando al microbioma, la composición bacteriana que tenemos en el organismo. El Estudio EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), que involucró a diez países europeos, entre ellos España, concluyó que el consumo de fibras, frutas y verduras juega un papel positivo en la prevención del cáncer colorrectal. Cuidar el microbioma puede ser clave tanto en la prevención del cáncer como en el control de las infecciones, aunque este campo aún requiere más investigación para determinar la relación directa y la medida en la que esta relación afecta.

Además de la dieta, mantener una buena condición física también suele destacarse como un elemento crucial, ya que contribuye a reducir el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, incluyendo el de colon. Es importante realizar actividades físicas, aunque sean de intensidad moderada.

Por supuesto, el consumo de alcohol y el tabaquismo generan una incidencia negativa directa en nuestro cuerpo, aumentando la probabilidad de padecer cáncer, así como muchas otras enfermedades y patologías.

Por último, no se puede pasar por alto la influencia de factores genéticos y ambientales, los cuales desempeñan un papel significativo en el desarrollo del cáncer colorrectal. Ser consciente de esta condición y anticiparse a ella participando en programas de detección precoz será determinante en el pronóstico de esta enfermedad.

¿Cuáles son sus síntomas y cómo es el diagnóstico?

Generalmente, los pólipos en el colon no tienen por qué manifestar síntomas evidentes. Por esta razón, la realización de pruebas de detección temprana de cáncer colorrectal es crucial y ha sido respaldada por numerosos estudios que han evidenciado una reducción significativa tanto en la incidencia como en la mortalidad. Una detección temprana puede aumentar la probabilidad de supervivencia hasta seis veces, y si se realiza un diagnóstico precoz, hasta un 90% de los pacientes tienen probabilidad de curarse, ya que los pólipos en el colon identificados en sus primeras etapas suelen poder eliminarse de manera segura y completa.

Cuando surgen síntomas, los más comunes incluyen cambios en los hábitos intestinales, como la aparición de diarrea o estreñimiento, presencia visible de sangre en las heces, sensación de que el intestino no se vacía completamente, dolores, molestias o cólicos abdominales persistentes, así como pérdida de peso inexplicable sin otras causas evidentes. Si una persona experimenta alguno de estos síntomas o percibe que algo no funciona correctamente, se recomienda que consulte con su médico de manera inmediata.

Aun así, la medida preventiva más efectiva contra el cáncer de colon implica la participación en programas de evaluación que incluyan pruebas de sangre en heces. En caso de obtener un resultado positivo, se recomienda realizar una colonoscopia para identificar y controlar posibles pólipos o tumores en sus fases iniciales. Este enfoque integral contribuye a minimizar el riesgo y a mantener la salud del colon.

¿Qué líneas de investigación veremos próximamente?

Mediante un enfoque multidisciplinar y la integración de diversos tratamientos, se ha logrado una reducción en la invasividad de las cirugías, con pronósticos cada vez más alentadores. Los avances futuros seguirán en esta misma línea, trazando nuevos caminos para la cura del cáncer.

En el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), por ejemplo, han sido pioneros en la utilización de la biopsia líquida. Este enfoque innovador, que se centra en la identificación del ADN tumoral circulante, se seguirá desarrollando en la búsqueda efectiva de biomarcadores predictivos de respuesta en pacientes con cáncer colorrectal.

Otro campo de investigación en el que apreciaremos gran recorrido será en las alteraciones del microbioma, cuyo desequilibrio puede contribuir al desarrollo de enfermedades, incluidos varios tipos de cáncer. Es palpable la necesidad de comprender y normalizar su composición para mejorar la prevención, diagnóstico y tratamiento del cáncer.

El estudio de los genes también ha revelado mucha información valiosa sobre la biología del cáncer, pero el salto de datos genéticos al comportamiento celular no siempre es directo, por lo que aún hay mucho por investigar. La comprensión de las alteraciones en las proteínas generadas a partir del ADN se presenta como un enfoque crucial para desarrollar tratamientos personalizados, conocidos como medicina de precisión.

Como en muchos otros ámbitos, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) se proyecta como una herramienta esencial en el sector investigador, permitiendo analizar grandes conjuntos de datos de pacientes y establecer patrones de comportamiento tumoral, optimizando así la atención médica y avanzando en la investigación del cáncer. Si bien es cierto que el uso ético de la IA y la necesidad de consensos universales para su aplicación son fundamentales.

Gracias al manejo multidisciplinar, con la integración de todos estos tratamientos, las cirugías son cada vez menos agresivas y el pronóstico es cada vez mejor. Debe enfocarse el tratamiento del cáncer desde un punto de vista multidisciplinar, abarcando tanto el tratamiento médico como el bienestar físico y emocional del paciente. La psicooncología, la rehabilitación y la nutrición deben estar presentes, así como el acompañamiento continuo a los pacientes a lo largo de todo el proceso de la enfermedad.

Considerando todos estos aspectos y depositando confianza en los avances recientes, podemos vislumbrar con esperanza y certeza un futuro prometedor en la búsqueda de la cura del cáncer.